- Sólo
los viejos tienen Parkinson. FALSO. Existen personas de 15 años que han
sido diagnosticadas con Parkinson juvenil, aunque se presenta en mayor
proporción en personas mayores de sesenta años.
- Los
temblores indican Parkinson. FALSO. El temblor en el cuerpo puede deberse
a muchas causas además de esta enfermedad.
- Las
personas con Parkinson no pueden tomar decisiones. FALSO. El Parkinson no
afecta funciones cognitivas como el juicio, el sentido común o la memoria;
sólo un número muy reducido de pacientes llegará al deterioro mental.
- Sólo
se trata con medicamentos. FALSO. Los tratamientos farmacológicos deben ir
acompañados de tratamientos no farmacológicos como la rehabilitación o la
terapia ocupacional.
Derechos de las personas con Parkinson
Entre los derechos que no debemos olvidar, y que además debemos
proteger como cuidadores, se encuentran:
- A
la dignidad
- A
la autonomía
- A
la libertad en la toma de decisiones
- A
la independencia
- A
la no discriminación
- A
la igualdad de oportunidad
- Al
acceso a servicios de salud
- A
la protección
- A
una vida libre de violencia
- A
la protección social
7. Datos interesantes
- Es
la segunda enfermedad neurodegenerativa más común.
- Los
hombres son quienes presentan mayor riesgo de presentar Parkinson.
- La
presencia de temblor aislado no basta para hacer diagnóstico de Parkinson.
- Cada
paciente puede presentar unos síntomas y curso muy variable.
- El
deterioro cognitivo asociado al Parkinson es diferente a la enfermedad de
Alzheimer.
- Algunas
actividades como el baile, musicoterapia, masaje corporal y facial,
aromaterapia y risoterapia pueden ser beneficiosas en pacientes con
Parkinson.
- Diferentes
estudios muestran que el Tai-Chi puede mejorar el equilibrio y reducir las
caídas en pacientes con Parkinson.
- Esta
enfermedad afecta a todos los grupos sociales y no respeta género, grupo
étnico ni lugar geográfico.
- Aunque
la enfermedad del Parkinson es más común entre personas mayores, los
jóvenes también pueden padecerla.
¿Qué es la fragilidad?
Tipos de envejecimiento
En general, se acepta que existen tres tipos de envejecimiento: el
exitoso, el usual y el que se cursa con fragilidad. La manera de nombrarlos
puede variar; no obstante, es importante considerar lo siguiente:
- 1) Exitoso
Sólo se manifiestan los cambios biológicos, psicológicos y
sociales inherentes a la edad, como consecuencia de aspectos genéticos, el
ambiente social y los estilos de vida saludables; lo que se traduce en una
disminución significativa de riesgos de desarrollar enfermedades agudas o
crónicas y en la conservación de la funcionalidad física, mental y social.
- 2) Usual
Además de los cambios biológicos, psicológicos y sociales, las
personas cursan con padecimientos crónicos, aunque en general conservan su
funcionalidad física, mental y social. Se estima que alrededor del 80% de la
población de 60 años y más vive este tipo de envejecimiento.
- 3) Con fragilidad
Las personas que envejecen con fragilidad, además de los cambios
inherentes a la edad, muestran una disminución acentuada en la eficiencia de la
respuesta funcional de los órganos y sistemas ante los cambios o riesgos. Esto
propicia alteraciones físicas y complicaciones ante enfermedades agudas y
crónicas. En general, los ancianos frágiles padecen enfermedades crónicas
descontroladas. Se les describe como ancianos enfermizos, débiles y
dependientes en las actividades básicas de la vida diaria (alimentación,
vestido, higiene, deambulación, etc.).
También manifiestan afectaciones significativas en la
funcionalidad social y cognitiva. Se calcula que el envejecimiento con
fragilidad se presenta en alrededor del 5% en los ancianos de 60 a 84 años, y
se incrementa en un 20% o más a partir de los 85 años.
La fragilidad representa un enorme reto para la persona que
envejece y para sus cuidadores, pues la pérdida de autonomía y de independencia
en las distintas esferas de la vida puede generar temor, frustración e
incertidumbre.
Resulta importante que los cuidadores conozcan elementos básicos
de la fragilidad, con la finalidad de que establezcan mecanismos que permitan
que la persona, bajo sus cuidados, prolongue, mantega o recupere la
funcionalidad física, mental y social.
FUENTE: ISSSTE.
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